La vida es una puta.
Te hace pelear con dientes y garras por la felicidad, que esperas encontrar detrás de esa puerta pero resulta ser como Alicia en el país de las maravillas y la puerta es demasiado pequeña.
Normal que el tónico de turno sea tan adictivo.
La vida te hace creer que formas parte de algo grande, algo importante. Pero poco a poco te vas dando cuenta que todo era un decorado de cartón. Al que puedes girar y ver la parte de detrás. La que no te cuentan de pequeño.
La vida te proporciona la humanidad, personas alrededor, que un buen día te das cuenta que en realidad son boots. Sólo están ahí y cumplen su papel. Lo esperado de ellos. Nada mas.
Y de repente te das cuenta que tu mismo eres un boot. Pero cuando te das cuenta es demasiado tarde para dejar de ser lo, la vida te a atrapado y espera de ti que seas feliz... feliz como los demás.