Los espejos...

Siempre han mostrado aquello que muchas veces nos empeñamos en ocultar...
Pero... ¿porque huirlos?

lunes, 11 de marzo de 2013


Ojos brillantes incluso en la oscuridad, ojos que encienden el fuego.  Ojos que son capaces de ver el deseo. Piel que se eriza con el contacto.
Tiempo detenido.
Donde antes las manos titubeaban, ahora agarran con fuerza. Donde antes iban los ojos,
 ahora van las lenguas. Donde antes había espacio de sobra,
ahora sobra la ropa.
Piel con piel, manos desnudas. Pasion sin vestir que se cuela por todos los poros.
Respiraciones aceleradas que echan carreras con nuestro pulso.
Corazones acelerados que echan carreras con nuestras caricias.
Caricias aceleradas, que no dejan terreno sin cubrir.
Hasta que solo somos un conjunto de respiraciones, de caricias, de corazones acelerados y de piel erizada.


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